miércoles, 30 de octubre de 2013

La educación en 2018

He encontrado este artículo que me ha dejado bastante impactada, os paso el link para que le echéis un vistazo.

Se trata de un informe en el cual de  destacan las tecnologías emergentes que revelan un potencial considerable en la educación y en si interpretación.

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-10-30/el-futuro-ya-esta-aqui-como-sera-la-educacion-en-el-ano-2018-o-antes_47708/

¿Educar a través de videojuegos?

1 comentario:

  1. Lo cierto es que puede ser un artículo sorprendente, en tanto las previsiones y el desarrollo de las nuevas tecnologías en las aulas, o no lo resulta tanto, ya que las tecnologías están a la orden del día y los alumnos que hoy llenan las aulas han nacido con un ordenador bajo el brazo.

    Por otro lado, el hecho de llegar a educar a través de videojuegos puede ser útil a la hora de acercarnos a la realidad e intereses del alumno, aunque también puede alejarnos de nuestro fin último, como es el hecho de que aprendan. Está bien que los alumnos acudan a clase motivados y, por qué no, que se diviertan, pero hacer de todo un juego en un aula puede llevar a equívoco.

    Por otro lado, me surge un temor y es que si se llegan a emplear los videojuegos y, posiblemente, la realidad virtual con ellos, es posible que caigamos en el mismo error que estamos cayendo actualmente con las TIC, y los alumnos se coloquen el equipamiento de realidad virtual en la clase o, incluso, desde sus casas, y vean la misma situación que se vive hoy en día al ir a clase: una pizarra, un profesor y una lección que aprender.

    En definitiva, tal vez el hecho de que se empleen más las tecnologías no me sorprenda, pero el que cada vez más se quieran introducir en las aulas, da cierto pavor, y más aun al imaginarse todo lo que puede suceder. Y pensar que las películas de ciencia ficción o de crítica social a lo mejor no se alejan tanto de nuestro futuro como creíamos...

    Muchas gracias por este artículo. Ha sido muy interesante y revelador. Me ha dado en que pensar.

    Un saludo,
    Valeria Raserón

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