Las actividades de dramatización de interacción
social las enmarcaremos dentro del enfoque comunicativo por tareas, en la
escuela primaria. En este planteamiento se va a dar prioridad a establecer un
marco de confianza con el alumnado, para que éste pueda desarrollar las
actividades desde su máxima autonomía, con confianza y disfrutando en todo
momento. Partimos de que lo que se aprende de forma divertida no se olvida.
Creemos más convenientes tratarlas en segundo o tercer ciclo de primaria.
Para nosotros
es importante aclarar:
1. El drama es interacción, la lengua es un instrumento no sólo de
funcional sino también una forma de comportamiento social y es en el drama
donde el alumno desarrolla sus habilidades de comunicación dentro de un marco
más amplio, siendo éstas más cercanas a las situaciones comunicativas que tiene
fuera del aula.
2. La tarea dramática se plantea no como un simple producto, sino como
una nueva tarea.
Este planteamiento favorece el desarrollo y la
activación de estrategias de comunicación, posibilita el trabajo en grupo y la
interacción entre compañeros y ayudando al alumno a que avance y desarrolle su
competencia metalingüística, en el análisis de los diálogos y de los
personajes, en la negociación analizando las situaciones y conflictos que
aparecen en las diferentes escenas etc. Todos estos aspectos implican que la
motivación del alumno sea mayor, que se implique más en el aprendizaje y en las
actividades y que aprenda a trabajar desde un punto de visto autónomo.
Desde mi opinión voy a proponer desarrollar esta actividad con una obra de teatro de Lope de Vega.
1. La dramatización la concebimos como una representación que se lleva a
cabo por unos personajes en un espacio determinado, dentro de esta opción
encontramos todas las obras de teatro ya creadas. Dentro de la dramatización tendrá mucha importancia la improvisación, la cual concebimos como la representación de algo
improvisto, espontáneo a partir de un estímulo dado, que no está preparado y
sin guión previo.
El objetivo en esta propuesta no es crear en el aula
buenas representaciones teatrales, ya que para ello se necesitarían muchos
ensayos, sino jugar a hacer teatro con los alumnos. Tampoco hablar del género
teatral, de sus características y del canon literario, en este caso no será tan importante memorizar diálogos, ni perfeccionar escenas. Nuestro enfoque partirá
de la actividad lúdica, del juego como elemento fundamental, destacando
trabajar específicamente en los alumnos:
1. La desinhibición en su conducta social.
2. La motivación intrínseca.
3. La imaginación como fuente de inspiración artística.
4. La creatividad, como parte de la inteligencia emocional.
Durante esta representación para el estudiante no
existe la presión que supone el público en el teatro real, porque lo que se
persigue es disfrutar en la producción dramática en ese mismo momento. Este
tipo de tarea les ayuda a desarrollar su creatividad e imaginación, lo que
favorece que avancen en el aprendizaje hacia su autonomía personal, de una
forma lúdica y divertida.
En esta actividad también será importante
desarrollar capacidades propias de un taller de teatro como la capacidad para
comunicarse y la autonomía. Si trabajamos habitualmente este tipo de
actividades veremos cómo los alumnos mejorarán en aspectos como la capacidad
expresiva y la habilidad para comunicarse, con autonomía suficiente y creando
mecanismos de interrelación con el resto de compañeros.
Consejos para trabajar la dramatización en el aula:
Previo a la dramatización es necesario que el
estudiante realice ejercicios de role playing a modo de calentamiento, por
ejemplo actividades de mimo.
Después ya podemos comenzar con la tarea de
dramatización, la cual dividiremos en cuatro fases:
1. Elección:
El grupo de estudiantes deberá de trabajar con una
fuente de inicio (Fuenteovejuna de Lope de Venga por ejemplo). Además el grupo podrá elegir e incluir producciones orales varias y elementos sonoros y
musicales.
El papel del profesor será de mediador y guía para
sus alumnos en un objetivo determinado. Por ejemplo si nos hemos propuestos
trabajar Fuenteovejuna, será el docente el encargado de estimular la
imaginación del alumno para que piense en su propio personaje y trabaje en él, el profesor deberá de realizar ejercicios a modo de ejemplo para que los alumnos aprendan a dramatizar sus papeles o personajes.
2. Preparación:
En este caso los alumnos deben de preparar su
representación, la tarea consiste en preparar los personajes y el diálogo,
plantear la historia, seleccionar qué papel desempeñará cada uno, elegir
objetos y ropas etc. Es decir, todo lo necesario para la representación
dramática, teniendo en cuenta que lo importante no es que el alumno
recuerde literalmente un diálogo, los estudiantes deben ser capaces de crear líneas de
actuación para improvisar durante la escena su propio papel. Cada alumno
decidirá cuál va a ser su papel y su forma de representarlo, con total
libertad, incluso si decide no participar, también se le respetará.
3. Representación:
En esta fase los alumnos realizan su representación,
en este caso serán bienvenidos cualesquiera de los elementos que favorezcan el
ambiente teatral como escenarios, ropas, música etc. Cuantos más revestimientos
teatrales se utilicen mayor será la desinhibición del alumnado.
4. Evaluación:
Esta es la última fase del proceso, será el profesor
el encargado de realizar la retroalimentación necesaria a los alumnos sobre la
representación dramática, junto con la opinión de los compañeros. Nos centraremos en los recursos expresivos
utilizados en la dramatización, no en las correcciones de errores en su
estructura lingüística. Se enfatizará los aspectos mencionados al comienzo como
prioritarios de desinhibición, motivación, imaginación y creatividad. Nunca
debemos olvidar que los alumnos de primaria no son actores, son niños que están
aprendiendo habilidades para comunicarse, y por último hacer partícipes a los
demás compañeros en la evaluación de la actividad.
Amparo Inoto
Hola Amparo: me parece genial lo que propones, sobre todo porque puedo imaginar las consecuencias derivadas que esta práctica puede llegar a tener en los aspectos no lingüísticos, es decir, en la superación de miedos, en los gestos y la postura de los que intervienen, el lenguaje no verbal del que hablamos el otro día (miradas de aprobación, etc.) y el respeto entre dialogantes (turnos y escucha).
ResponderEliminarUn saludo, Cecilia Candela.