En este
aparado voy a defender la idea particular de trabajar la oralidad en la
escuela, como punto importante que ayudará al alumno en su crecimiento
personal.
Por un lado tradicionalmente
en las clases de lengua y literatura, tanto de primaria como de secundaria, se
ha hecho mayor hincapié en la expresión escrita que en la expresión oral, llegando
incluso a desaparecer la expresión oral como actividad específica en el aula, se
daba por una enseñanza natural del ser humano, sin mediar ni intervenir en su
mejora y evolución. El tiempo dedicado a los conocimientos de la ortografía y
de los signos de puntuación, junto con los ejercicios de la lectoescritura y
comprensión lectora, son muy superiores a los realizados en el desarrollo de
las habilidades lingüísticas orales.
Por otro lado,
sabemos que la competencia oral es la destreza comunicativa más usual y más
compleja, además cualquier persona con un buen dominio de la competencia oral
tiene más posibilidades de aprender de forma más fácil y adecuada en todas las
demás competencias. Cuando se domina el lenguaje verbal y no verbal, en cualquiera
de sus posibilidades se facilita el proceso de aprendizaje general. Un alumno
de primaria necesitará esta competencia oral para expresarse en todas las áreas
que le exige el currículum, no
únicamente en lengua y literatura.
Los alumnos de
primaria, muchos presentan dificultades para la expresión oral, cuando tienen
que dirigirse al profesor o a toda el aula, a menudo se traban, usan
muletillas, no utilizan términos adecuados al contexto, no saben qué palabras
utilizar en determinadas ocasiones etc. En general hablan sin planificar el
discurso.
Ante un problema así la única solución que encontramos es trabajar
esta destreza de una forma específica en el aula, con ejercicios y actividades
que permitan al alumno comunicarse con autonomía.
Para
justificar trabajar la oralidad en el aula, y tomando como importante la
competencia en autonomía del alumnado, pensemos que una persona que no pueda
expresarse de manera coherente, clara y con una mínimo corrección, no sólo se limitará
su trabajo profesional y sus aptitudes personales, sino que también corre el
riesgo de hacer el ridículo en algunas ocasiones.
También
sabemos que la comunicación es un proceso que no se planifica, surge
espontáneo, sin embargo, existen determinados aspectos que merecen la pena ser
cuidados para ser un buen comunicador, y que desde la escuela podemos trabajar
con los alumnos de primaria. Es una habilidad que se puede ir adquiriendo a la
vez que se desarrolla la habilidad comunicativa.
En este
proceso de enseñanza de expresión oral, siempre debemos partir de las
imperfecciones, inexactitudes o errores que se encuentran en la comunicación
cotidiana del alumno, para posteriormente poder avanzar en la práctica de
diferentes modalidades de expresión, o textos orales, y proporcionar al alumno
una continua retroalimentación para que
puedan comprobar el progreso obtenido al final de las actividades.
Podemos
encontrar diferentes géneros orales aplicables a la didáctica de la expresión
oral, en ellos se encuentran los géneros dialogados y los géneros monologados.
Pautas para docentes:
De forma breve
se van a dar unas pequeñas pautas generales para profesores y maestros, sobre
cómo tratar la oralidad en el aula:
Centrarse en el aprendizaje de la oralidad; el aula
es un espacio formal:
Los alumnos ya
tienen una amplia experiencia en habla espontánea, y es necesario desarrollar
la capacidad verbal en discursos planificados, situados en contextos formales
reales o verosímiles. Es importante que el alumno pueda prácticas los usos
orales menos presentes en la vida cotidiana del alumno.
Definir lo que los alumnos van a aprender a través
de cada práctica oral:
Cada actividad
oral tiene como objetivo que el alumno aprenda algo que antes no sabía.
Componentes específicos de la competencia oral:
Componente lingüístico discursivo: el dominio de la voz, la agilidad
en la selección de vocabulario y en el uso de las estructuras morfosintácticas,
el control de la coherencia y cohesión del discurso y el dominio de géneros
discursivos formales.
Componente contextual: registro lingüístico con el
grado de formalidad adecuada, el control sobre el tiempo de escucha, el
reconocimiento de las reglas sociales que imperan en cada contexto social.
Componente estratégico retórico: estrategias que
utiliza quien habla para incrementar su eficacia comunicativa, aspectos
psicológicos como controlar las emociones, los miedos y la tensión.
Es muy
importante saber qué decir y decirlo teniendo en cuenta al destinatario y el
espacio social.
Pensar antes de hablar: la planificación de las
intervenciones orales:
Disponer de
tiempo para pensar lo que se va a decir, seleccionar las ideas, ampliarlas,
ordenarlas, saber cómo decirlas y adecuarlas al estilo personal. Elaborar esquemas en nuestra cabeza “pensar y
repensar” en la intervención oral, dejando de lado el habla improvisada,
sabiendo que la mejor improvisación conlleva una gran planificación.
Organizar los contenidos de aprendizaje mediante
secuencias didácticas:
Cuando
delimitemos los objetivos de aprendizaje en la expresión oral, debemos admitir
la suficiente flexibilidad para adaptarnos a la diversidad del alumnado, las
actividades deben ser significativas para los alumnos y el ensayo del discurso
constituye el elemento clave del discurso.
Diseñar las prácticas discursivas orales del
alumnado: un espacio ritualizado y una escucha focalizada.
Las
actividades se preparan y se programan y se crea un clima de expectación y de
atención, además debemos grabar las intervenciones para que los alumnos puedan
valorarse de forma autónoma.
Conseguir un buen clima del aula: una relación
social equilibrada entre la autoridad y la complicidad con el alumnado.
El profesor
debe captar la atención de sus alumnos con buenas intervenciones orales. Las
prácticas orales son metodológicamente complejas, mucha más que otros
contenidos de aprendizaje, requieren, por una parte de los alumnos, atención y
distensión, participación y espera paciente, reflexión e improvisación de un
modo controlado, entre otros factores. Debemos planificar tanto lo que vamos a
enseñar como la forma de hacerlo, y muy importante compaginar en el aula el
clima de complicidad y confianza con la distancia social y la autoridad propia
del docente.
Amparo Inoto Clos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario