El
último día en clase, viendo el tema de la expresión oral se abrió un debate
sobre el tratamiento de la ortología en la clase de lengua. En cuanto a
ortología nos referimos a la parte de la gramática que establece las normas de
pronunciación correcta de los sonidos de una lengua. Cabe decir que sobre todo
nos centramos en la variedad lingüística del andaluz y su enfrentamiento con la
ortología de la lengua española.
Así
pues, por un lado se dieron casos de compañeros que opinaban que en clase de
lengua se debía tratar y el docente debía utilizar un estándar de lengua en
cuanto a ortología se refiere, pues los alumnos, según su opinión, debían
estudiar la norma “correcta”. Además, insistían en que el estudio de la lengua
con una pronunciación “fuera de lo correcto” causaba confusión y dificultades
en el aprendizaje del niño, sobre todo en el área de la lectoescritura.
Por
otro lado, y según mi opinión, entendemos que el docente es un modelo para el
alumno y que el aula debe estar totalmente vinculada con su entorno social más
cercano, con lo cual debemos acercarle la norma del lugar en donde se encuentre.
Esto es así pues, por un lado, los niños aprenden un uso real de la lengua para
poder comunicarse en su contexto social
más cercano y por otro, le hacemos ver que su lengua o variedad
lingüística, en este caso ponemos de ejemplo el andaluz, no es una lengua
desprestigiada, sino al contrario, tiene un gran valor y forma parte de su
acervo cultural.
Además, en cuanto al uso del estándar, el alumno no tiene ningún problema en su asimilación y aprendizaje ya que se ve constantemente rodeado de ésta, en la televisión, en el cine, en los libros de texto, en los cuentos, etc. Por otro lado, desde un enfoque comunicativo, el tema de la pronunciación, por ejemplo con un “acento andaluz”, no va a influir en el éxito de su comunicación.
Además, en cuanto al uso del estándar, el alumno no tiene ningún problema en su asimilación y aprendizaje ya que se ve constantemente rodeado de ésta, en la televisión, en el cine, en los libros de texto, en los cuentos, etc. Por otro lado, desde un enfoque comunicativo, el tema de la pronunciación, por ejemplo con un “acento andaluz”, no va a influir en el éxito de su comunicación.
En
relación a este último punto, sobre el desprestigio de la variedad lingüística
del andaluz, encontramos un artículo en el Diario
público en el que un experto en el tema nos da su opinión y nos ayuda a
entender con mayor profundidad el asunto:
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